Los precios del cacao siguen disparándose en vísperas de Semana Santa. Algunos contratos superaron el martes los 10,000 dólares en la Bolsa de Nueva York, situando el cacao por encima del cobre, un metal industrial clave. Una situación sin precedentes con innumerables consecuencias.
La escalada del cacao no tiene límites y ha sorprendido incluso a los profesionales del sector, que hablan de un «mercado enloquecido». Los precios se han duplicado desde enero, con una subida del 60 % solo en marzo.
Esta semana, en la Bolsa de Londres, los precios del cacao fluctuaron más de 600 libras en un solo día, mientras que hace un año las variaciones diarias se situaban entre 15 y 20 libras, e incluso llegaban a 50 libras.
Crisis de abastecimiento
Estos precios, que parecen no tener techo, reflejan la disminución de las cosechas en África Occidental, vinculada en particular a las malas condiciones climáticas, el envejecimiento de las plantaciones y la persistencia de una alta prevalencia de enfermedades que afectan a los árboles de cacao.
La cosecha principal que acaba de terminar podría disminuir en un cuarto, o incluso un tercio, y la próxima, que está a punto de empezar, no parece mejor.
Lo que también está haciendo subir los precios es el enorme temor de los fabricantes a quedarse sin materia prima. «Todo el mundo tiene pánico», decía hace unos días el jefe de Guan Chong Cocoa (GCB), uno de los mayores trituradores de cacao en grano de Asia.
Otro experto del sector confirma: «Los comerciantes y fabricantes de manteca de cacao buscan habas por todas partes, la única consigna es comprar, independientemente del origen y la calidad».
Deterioro de la oferta
De hecho, algunos molineros no dudan en pagar primas para abastecerse, con la esperanza de no tener que cerrar sus fábricas.
Aparte de Costa de Marfil y Ghana, donde los precios son fijos para toda la temporada, la mayoría de los demás orígenes han visto cómo sus precios se disparaban: los granos pueden comprarse ahora a 4,000 francos CFA el kilo en Madagascar, por ejemplo, y a 5,000 francos CFA en Camerún.
La situación es tan tensa que la mayoría de las trituradoras han agotado la mitad de sus existencias de granos, confiesa uno de ellos. A los transformadores más pequeños solo les quedan existencias para unos días.
Otra consecuencia de este aumento para los consumidores es que el precio de los huevos y otras figuras de Pascua se ha disparado. La situación podría ser mucho peor el año que viene, ya que la mayor parte del aumento de los precios se repercute con un desfase de varios meses.
Diario Libre