El Banco Mundial mantiene en torno al 5.1 % la proyección de crecimiento económico para la República Dominicana durante este 2024, convirtiéndose en una de las de mayor expansión entre los países de América Latina y el Caribe.
Los datos están contenidos en el informe económico regional para América Latinay el Caribe titulado «Competencia: ¿El ingrediente que falta para crecer?», presentado ayer por el Grupo Banco Mundial, en donde se estima que la República Dominicana tendría un crecimiento de 5.0 % tanto para el 2025 como para el 2026.
«Están bastante bien (economía dominicana«, afirmó William Maloney, economista jefe para América Latina y el Caribe.
«Tuvieron bastante inversión extranjera, aunque no estamos viendo, por ejemplo, tanta fabricación como estamos viendo en Costa Rica. Entonces, no es el nearshoring que esperábamos, pero hay un crecimiento en otras actividades de servicios que se ven bastante bien y, todo esto, a pesar de que claramente tuvieron la tragedia de Haití cerca de su frontera», señaló.
Maloney habló durante una rueda de prensa virtual con varios periodistas de la región, en donde señaló que la República Dominicana es uno de los pocos países en América Latina que ha visto tasas consistentes de crecimiento de la productividad en la última década.
Se explica que los anuncios recientes de IED para proyectos totalmente nuevos (greenfield), entre 2020 y 2022, en República Dominicana muestran un giro estratégico hacia la diversificación, de manera notable en «hoteles y alojamiento» y «energías renovables».
Estancamiento
A través del documento de prensa, el Banco Mundial explica que América Latina y el Caribe (ALC) ha avanzado lenta pero consistentemente en solucionar los desequilibrios provocados por la pandemia, en un entorno internacional que apenas comienza a mostrar señales de estabilización.
No obstante, aún queda mucho por hacer. ALC, con algunas pocas excepciones, logró reducir su inflación a niveles por debajo de los observados en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Desafíos
Agrega que las tasas de interés comienzan a bajar, tras cuatro años de sólida gestión macroeconómica. De todas formas, persisten desafíos como corregir los desequilibrios fiscales, recuperar el poder adquisitivo y recobrar los avances logrados en reducción de la pobreza de la década anterior.
A su vez, las altas tasas de interés han causado problemas en la deuda de los hogares y las empresas, asunto que debe ser monitoreado.
Sin embargo, apunta que el objetivo central de la región sigue siendo mejorar las anémicas tasas de crecimiento. Si bien este crecimiento débil responde, en parte, a las tasas de interés elevadas, es, a su vez, un reflejo de problemas estructurales de larga data.
Precisa que estos factores también contribuyen a que los beneficios del nearshoring y el friendshoring sean menores a los previstos.
Todo esto apunta a una importante agenda de reformas aplazadas durante décadas que giran en torno a infraestructura, educación, regulación y política de competencia.
Diario Libre