El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo de la República Dominicana, Pável Isa Contreras, afirmó en una reunión del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) que los pequeños Estados insulares en desarrollo necesitan atención especial debido a los fenómenos climáticos.
Fenómenos climáticos
A modo de ejemplo, indicó que los shocks climáticos le cuestan a la República Dominicana entre 0.3 y 0.5 % del producto interno bruto (PIB), «sin contar los impactos directos de los grandes huracanes que golpean cada cierto número de años, cuyos daños pueden alcanzar entre 5 % y 10 % del PIB», precisó.
En ese sentido, destacó la importancia de ampliar las inversiones en favor de la biodiversidad y la resiliencia de los productores, al participar en la cuadrigésima séptima edición del consejo de gobernadores de este organismo.
Agricultura, la más afectada
El ministro señaló que la agricultura es la más afectada por los eventos climáticos extremos en la República Dominicana.
Estos eventos representan un tercio del valor de todos los daños y pérdidas, lo que aumenta el precio de los alimentos críticos y afecta especialmente a la población más pobre. Enfatizó en la necesidad de reinventar la agricultura para hacerla más productiva y capaz de resistir y recuperarse.
En relación a la decimotercera reposición de recursos del FIDA (FIDA 13), el ministro reafirmó el compromiso de la República Dominicana de contribuir a este fondo e invertir en soluciones ambiciosas y duraderas para abordar la multicrisis actual.
Garantizó que República Dominicana comparte el compromiso de frenar la vulnerabilidad climática y proporcionar un sistema de resiliencia a los pequeños productores agrícolas.
Además, expresó su confianza en el FIDA como institución especializada en promover el desarrollo rural y en la familia de Naciones Unidas como un conjunto de entidades que buscan soluciones sostenibles a los problemas comunes de la humanidad.
El ministro también hizo hincapié en que los criterios para tomar decisiones sobre el apoyo a los países con recursos básicos del FIDA no deben limitarse a los ingresos, sino que deben incluir la vulnerabilidad y las brechas estructurales generalizadas y persistentes. Esto se considera más adecuado y justo, especialmente en el contexto actual de crisis climática.