Karl-Anthony Towns no esperó instrucciones. Atacó, empujó y levantó a unos Knicks en Indianápolis que parecían condenados a perder el tercer partido de las finales del Este. Con Jalen Brunson sentado por cinco faltas al cierre del tercer cuarto y una desventaja de 20 puntos, Towns encendió la remontada.
El ala-pívot anotó 20 de sus 24 puntos en un último cuarto dominante. A pesar de su rodilla adolorida, abrió el período con un triple y luego sumó dos bandejas que colocaron a Nueva York a solo tres puntos (82-79). Brunson volvió al partido y, con 7:10 por jugar, anotó una bandeja que le dio la ventaja a los Knicks (89-88). El equipo neoyorquino solo perdió la delantera dos veces más antes de cerrar la victoria 106-100 en Indianápolis.
“No podíamos rendirnos. Teníamos que demostrar que estamos hechos para esto”, dijo Towns, que también atrapó 15 rebotes. Brunson, limitado por las faltas, sumó 23 puntos clave.
Los Pacers dominaron la primera mitad. Con una ventaja de 55-35 y el impulso del evento doble con las 500 millas de Indianápolis —donde Alex Palou se dio cita durante el segundo cuarto—, Indiana parecía tener el control. Reggie Miller y otros miembros del equipo finalista del 2000 alentaban desde las gradas. Pero ni el ambiente ni la historia sirvieron esta vez.
Tyrese Haliburton lideró a Indiana con 20 puntos y seis asistencias. Myles Turner agregó 19. El equipo perdió a su mejor defensor, Aaron Nesmith, por un esguince de tobillo. Aunque regresó en el último cuarto, no logró frenar el empuje visitante. El técnico Rick Carlisle lamentó la falta de ejecución: “No supimos cerrar el partido”.
Nueva York evitó el temido 3-0. Con el 2-1, la serie sigue viva. El Juego 4 será el martes en la misma cancha.
