SANTIAGO.- Cuando el juego apretó y el ruido subió, Luis Liberato dijo “déjenmelo a mí”. El jardinero se adueñó de la noche con cuatro empujadas y guió a los Toros del Este a una victoria 7-6 sobre las Águilas Cibaeñas.
El triunfo fue carácter y respuesta inmediata tras una derrota y un aviso claro en el Round Robin de que los Toros están jugando en serio y saben cómo ganar partidos incómodos.
Liberato prendió el motor temprano
Desde el segundo episodio, Liberato dejó claro que venía con hambre. Con corredores en base, soltó el batazo que puso a los romanenses arriba y encendió el dugout taurino. Ese swing marcó el ritmo de un partido intenso, con emociones de principio a fin.
Más tarde, volvió a hacer daño. Un jonrón de dos carreras terminó de inclinar la balanza y selló una noche redonda con el madero, de esas que pesan en esta etapa del torneo.
Un juego que nunca se calmó
Las Águilas pegaron primero con jonrón solitario y jamás bajaron los brazos. Respondieron, empataron, descontaron y metieron presión inning tras inning. El Estadio Cibao volvió a vibrar, pero también fue escenario de errores que pasaron factura.
Entre cuadrangulares, boletos, fallas defensivas y carreras fabricadas a puro empuje, el partido se convirtió en una batalla sin respiro. Cada entrada parecía la decisiva.
El bullpen sostuvo la ventaja
Cuando llegó la hora de aguantar, los Toros respondieron desde el montículo. Emailin Montilla se encargó de apagar fuegos en un episodio clave, mientras Jean Carlos Mejía cerró con temple, ponches y sin miedo al ambiente.
Ese trabajo silencioso fue vital. Sin brillo exagerado, pero con efectividad, los brazos taurinos protegieron una ventaja que nunca fue cómoda.
Con marca de 2-1, los romanenses se colocan bien temprano en la pelea del Todos contra Todos. No lucen perfectos, pero sí oportunos, agresivos y confiados. En esta fase, eso vale oro.
Las Águilas, pese a liderar la serie regular, siguen tropezando en casa.
Este martes 30, la historia continúa en el Estadio Francisco Micheli. Toros y Águilas vuelven a chocar, ahora con el calor romanense como escenario y el Round Robin entrando en terreno peligroso.

