Mel Rojas Jr. lideró la ofensiva azul con un grand slam en el Estadio Quisqueya
Santo Domingo. – La combinación perfecta entre picheo, defensa y poder ofensivo finalmente apareció para los Tigres del Licey, que este jueves pusieron fin a su racha negativa al vencer 7-1 a las Águilas Cibaeñas en el Estadio Quisqueya Juan Marichal.
El dirigente Gilbert Gómez valoró el esfuerzo colectivo que permitió a su equipo recuperar el ritmo competitivo:
“Independientemente del rival, necesitábamos un partido donde golpeáramos primero, que pudiéramos ripostar, levantarnos, y el cuadrangular de Mel Rojas nos dio eso y permitió que las últimas entradas del juego fueran sin estrés. Esa era la meta”, explicó el capataz azul.

Mel Rojas Jr. encendió el estadio
El gran protagonista de la noche fue Mel Rojas Jr., quien conectó un jonrón con las bases llenas que recorrió 378 pies hacia el left-center y salió del bate a 101 millas por hora, encendiendo a la fanaticada liceísta.
“En ese momento solo quería traer la carrera de tercera con un fly de sacrificio, pero salió un jonrón. No me puedo quejar, fue una bendición de Dios que necesitábamos muchísimo”, comentó el jardinero, visiblemente emocionado tras el juego.
Rojas aseguró sentirse en mejor forma ofensiva: “Me siento más cómodo en el home, le estoy conectando más fuerte a la pelota y como segundo bate siento que veo mejores pitcheos. La clave es enfocarse en el proceso. Si salgo a querer dar un jonrón quizás termina en un ponche o una doble matanza. En momentos de presión, lo importante es enfocarse en el proceso, buscar un picheo y aprovecharlo”.
Picheo sólido y relevo eficiente
En el montículo, Cameron Gann respondió con una actuación controlada pese a venir de un período de inactividad. El derecho lanzó tres entradas y dos tercios en blanco, permitiendo solo un imparable.
“Estamos muy contentos de ver que el brazo de Gann se mantiene ahí. En la primera salida estuvo entre 91 y 92 MPH, hoy subió a 95-96 y pudo trabajar ante un lineup repleto de zurdos. Navegó bien y nos deja un buen feeling”, expresó Gómez sobre el desempeño del abridor.
El relevo de los Tigres también cumplió su parte, cubriendo cinco entradas y un tercio en las que solo permitió una carrera, tres hits, tres boletos y ponchó a seis contrarios, asegurando el dominio azul hasta el final del encuentro.

Movimientos en el roster y enfoque del equipo
Consultado sobre los recientes cambios en la plantilla, Gilbert Gómez evitó profundizar, aunque reconoció el impacto emocional que tuvieron en el grupo.
“Sobre los movimientos gerenciales, no me toca a mí valorarlos. Nuestro trabajo es manejar las piezas que tenemos. Agradezco mucho a Jairo, Lisalverto y Anderson Hernández, pero son preguntas para la gerencia. En nuestro caso, nos mantenemos enfocados en lo que hicimos hoy: mover las piezas que tenemos para conseguir victorias”, indicó el dirigente.
De su lado, Mel Rojas Jr. admitió que el ambiente interno se vio afectado tras las salidas. “Fue muy difícil porque son compañeros de equipo; en el Licey somos familia. Al llegar fue un poco incómodo por el movimiento y más al tratarse de algunas leyendas. Pero nos enfocamos en nosotros, en hacer el trabajo, ya que no podemos mantenernos con la frente hacia abajo”, concluyó el jardinero.
Un triunfo con sabor a desahogo
El Licey encontró la fórmula que buscaba: bateo oportuno, consistencia desde la lomita y unidad en el clubhouse. La victoria no solo pone fin a la mala racha, sino que también reaviva la confianza del conjunto azul en un momento clave de la temporada.

