El joven receptor dominicano de los Marlins, Agustín Ramírez dejó atrás su primer juego sin hits el sábado y explotó el domingo con dos jonrones en la derrota 7-6 ante los Marineros.
Ramírez sacudió su primer cuadrangular en el primer inning. Golpeó una línea brutal al jardín central a 105.1 mph. La bola voló 404 pies en solo 4.5 segundos. Luego, en el sexto episodio, volvió a castigar la pelota. Con la cuenta 1-2, cazó un sweeper y lo mandó al segundo piso, recorriendo 421 pies.
Con este juego, Ramírez se convirtió en el primer jugador desde 1901 con dos o más extrabases en tres de sus primeros cinco partidos de Grandes Ligas.
El manager Clayton McCullough no ocultó su admiración. «Tiene velocidad de bate, fuerza y una gran disciplina en el plato», dijo antes del partido. «Su calidad de contacto me ha impresionado mucho».
Ramírez mostró todo ese poder el domingo. En cinco días, batea .474 con cuatro dobles, tres jonrones y cinco impulsadas. Su OPS de 1.682 figura entre los mejores de toda la liga para jugadores con al menos 15 turnos.
Desde su debut, Ramírez ha conectado siete pelotas con velocidad de salida de más de 100 mph. Su swing promedia 76.1 mph, el más rápido entre los bateadores de Miami.
«Trabajo mucho en el plato», explicó Ramírez. «Se trata de tomar buenas decisiones, y eso hemos hecho».
A pesar de que cerró el partido con un roletazo ante Andrés Muñoz, Ramírez sigue impresionando a todos. Su comienzo en las Grandes Ligas ya se inscribe en los libros de historia.
