La temporada regular 2024 está cerca de su fin, y a pesar del factor lluvia, todavía nos preguntamos quién será el dirigente del año. Tema que aborda cada publicación de redes sociales, las gradas del estadio, colmados, puestos de comida rápida y cada rincón del país donde hayan dos fanáticos del béisbol.
Si seguimos la naturaleza del premio, el manager del año merece se entrega al comandante que logra obtener la mejor producción con el talento que tiene disponible. Además, existen variantes que cambian la percepción de todos, como el tener un róster con grandes nombres. Y el formar un equipo competitivo con poco potencial en el papel.
Para esta ocasión en la recta final del año empezaremos con los candidatos que se quedaron sin credenciales para recibir el premio.
Carlos Febles de los Toros del Este es el primer descartado para esta carrera. Recibió la oportunidad con tres semanas de juego tras la destitución de José Offerman. Febles no fue la respuesta de los romanenses quienes son el único equipo oficialmente eliminado del torneo. Un paso sin gloria ni discordia en una franquicia que sigue festejando su más reciente título en 2020.
El segundo en la lista es el nombre que más resonaba para ganar la distinción, y hablamos de Albert Pujols con los Leones del Escogido. Luego de un inicio de 15-6 y ser el primero en lograr 20 victorias, solo posee dos triunfos en el mes de diciembre. El equipo tuvo un lapso de 22 días sin ganar en el Estadio Quisqueya y cayeron del primer lugar al cuarto donde están peleando con los Gigantes por la última plaza del round robin.
La tercera posición va para Wellington Cepeda de los Gigantes del Cibao quién terminará la campaña con un sabor más dulce que amargo por ir de menos a más. A pesar del buen momento que viven los francomacorisanos, su pésimo inicio mancha su temporada 2024. Los de San Francisco juegan por debajo de .500 con récord negativo y luchan por el último boleto a participar en el todos contra todos. Luego de ser el mejor equipo en las últimas dos temporadas.
Ahora nos acercamos un poco más a quienes sí pueden llevarse el más alto honor para un entrenador en nuestra liga invernal.
Con esto abrimos la lista con el que se perfila como el favorito, el boricua Yadier Molina. El exgrandes ligas llegó al equipo de las Águilas Cibaeñas en un momento crítico para la segunda franquicia más ganadora del torneo. Tomó las riendas con un balance de 2-7 y en poco menos de dos meses se convirtió en el segundo clasificado al round robin. Además, contribuyó al excelente año de Enny Romero y a la tremenda temporada de Aderlin Rodríguez quien hasta su llegada solo conocía el fondo del banco.
Aquel partido de 25 carreras a manos del Licey, no será inconveniente para recibir votos en la primera posición a quién hizo resurgir el equipo.
Fernando Tatis Padre es el personaje con quien Molina compite de tú a tú. El líder del dogout de las Estrellas Orientales volvió a poner un equipo sin nombres entre los primeros de LIDOM. Luego de tres finales de manera consecutiva, Tatis Sr. clasificó una vez más a los orientales a postemporada. Siendo la quinta en los últimos seis años y la cuarta de manera consecutiva.
El capatáz oriental hizo de un equipo sin aspiraciones, el más caliente y más peligroso de la liga otoño-invernal. Incluyendo el mejor récord jugando en casa entre los seis participantes del certamen.
Si hablamos del underdog de este listado, inmediatamente suena el nombre de Gilbert Gómez de los Tigres del Licey. Un dirigente joven que fue subestimado en 2023 y que no recibe todas sus flores para su primera edición completa. Gilbert puso una vez más a los Tigres entre los que jugarán en enero y tiene la posibilidad de terminar como líderes de la fase regular.
Lo que juega en su contra es la manera en la que el Licey refleja momentos de tocar el fondo. Lapsos de inconsistencia donde el equipo se pinta como el peor en las dos facetas del juego. Pero más allá de las negativas, el ya campeón podría ser quien se quede con el premio para dirigentes.
En esta lucha tan interesante, será de suma importancia cerrar los últimos partidos con victorias. Debido a que el récord de los equipos suele ser un criterio muy utilizado por los votantes.