Cade Cunningham no pensó en sí mismo tras su primera victoria en playoffs con los Pistons. Pensó en los fanáticos de Detroit. En aquellos que han esperado 17 años para celebrar de nuevo.
El lunes por la noche, Cunningham lideró a los Pistons con 33 puntos y 12 rebotes. Detroit venció 100-94 a los Knicks en el Juego 2 y empató la serie. Además rompieron una racha de 15 derrotas consecutivas en postemporada, la más larga en la historia de la NBA.
«Se siente increíble. Representamos bien a la ciudad», dijo Cunningham. «La gente ha esperado mucho por esto. Ahora queremos darles una serie, no solo un partido.»
Dennis Schroder, llegado en febrero, selló el triunfo con un triple decisivo a falta de 55 segundos. Terminó con 20 puntos desde la banca. Josh Hart había empatado el juego con una volcada, pero Detroit no se dejó intimidar.
El equipo local volverá a casa para el Juego 3 este jueves, con la serie igualada 1-1. Mientras tanto, el ambiente promete ser eléctrico en el primer partido de playoffs en Detroit desde 2019.
Los Pistons han vivido una transformación. El año pasado ganaron solo 14 partidos y sufrieron una racha de 28 derrotas seguidas. Mientras que este año terminaron con marca de 44-38. Un giro histórico.
En el Juego 1, dejaron escapar una ventaja de ocho puntos en el último cuarto. Los Knicks ganaron con una racha de 21-0. Pero en el Juego 2, los Pistons respondieron. Por otro lado, tomaron otra ventaja de ocho puntos tras tres cuartos y esta vez cerraron con fuerza.
«Tenemos metas grandes», dijo el entrenador J.B. Bickerstaff. «Nuestros jugadores viven el presente. Hoy lo demostraron.»
Jalen Brunson anotó 37 puntos para los Knicks. Pero, Karl-Anthony Towns y OG Anunoby solo sumaron 10 cada uno. Ambos habían terminado con 23 en el primer partido.
«Ahora nos toca responder», dijo Brunson.
Cunningham sí lo hizo. Falló mucho en el Juego 1, pero dominó el segundo. Entró a la pintura con facilidad. Recibió faltas. Detroit lanzó 14 tiros libres en la primera mitad, mientras que los Knicks solo intentaron dos. Al descanso, los Pistons ganaban 55-49.
Detroit volvió a competir. Volvió a ganar. Y volvió a soñar. La ciudad lo siente. El equipo también. Ahora, el Little Caesars Arena espera.
