Milán. – Giorgio Armani falleció este jueves 4 de septiembre de 2025 a los 91 años, dejando un legado que trasciende las pasarelas. Más allá de ser el ícono de la moda italiana, Armani fue un pionero en fusionar elegancia y funcionalidad en el deporte, llevando la alta costura a estadios, Juegos Olímpicos y equipos de fútbol.
Durante más de una década, Armani fue responsable de la indumentaria oficial de la delegación italiana en los Juegos Olímpicos, desde Londres 2012 hasta París 2024. Su visión fue clara: combinar sobriedad, confort y un sello patriótico, con detalles como frases del himno italiano bordadas en los uniformes. Incluso, la línea oficial estará presente en los Juegos Olímpicos de Invierno Milano-Cortina 2026, asegurando que su estilo siga vivo en la competición.
El fútbol con sello Armani
El vínculo de Armani con el fútbol comenzó en 1994, cuando diseñó los trajes de la selección italiana para el Mundial de Estados Unidos. Su regreso se produjo en 2019, acompañando a la Azzurra rumbo al título de la Eurocopa 2021.
En clubes, su marca EA7 vistió al Napoli durante un periodo exitoso con dos Scudettos conquistados desde 2022, y recientemente Juventus acordó que sus jugadores lleven trajes Armani fuera del campo en las temporadas 2025-26 y 2026-27. Aurelio De Laurentiis, presidente del Napoli, lo despidió con emoción:“Un amigo y un aliado del club”.
Más que un diseñador: un legado de estilo y constancia
Armani fue un trabajador incansable hasta sus últimos días. Su habilidad para trasladar la elegancia de la moda a la funcionalidad deportiva lo convirtió en un referente único. Su muerte deja un vacío en la industria, pero también un recuerdo imborrable en el deporte italiano, donde cada uniforme diseñado por él llevó no solo estilo, sino también orgullo nacional y distinción.
