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Minnesota se hunde sin el liderazgo de Karl Towns

Los Minnesota Timberwolves fueron el foco de la NBA cuando el pasado 2 de octubre se desprendieron de su principal estrella, el dominicano Karl-Anthony Towns, al cambiarlo a los New York Knicks. Un movimiento que para el mundo del baloncesto no tuvo ningún sentido y que parece ser que condenará a los Wolves en el futuro cercano.

Vamos a ponernos en contexto, la transacción fue un acuerdo que involucró a tres equipos de la liga. El conjunto de los Knicks adquirió a Towns, mientras que Minnesota recibió a Jules Randle, Donte DiVincenzo, Keita Bates-Diop y una futura primera selección de Draft. El tercer equipo en el intercambio fue Charlotte Hornets quienes ahora disponene de dos selecciones de primera vuelta de Nueva York, una de segunda de los Wolves y dinero en efectivo.

Lo que crea la disyuntiva en este movimiento es que después de aproximadamente dos décadas, Minnesota consigue crear un equipo competitivo. Los últimos dos años alcanzaron la postemporada, siendo la temporada pasada donde dieran el golpe de autoridad. Eliminando al gran favorito Denver Nuggets para avanzar a finales de conferencia. Se quedaron a un paso de ser finalistas de la NBA por primera vez, y todo parecía que era un equipo sin techo para medir en los años siguientes.

Para cualquier persona lo lógico es que luego de una temporada muy buena, el equipo trate de suplir ciertas áreas que puedan mejorar la plantilla. Buscar jugadores en la agencia libre, en el sorteo de novatos o realizando algún intercambio. Terminó sucediendo el último punto mencionado, pero sin una razón justificada.

Los Wolves seleccionaron a Towns como primer pick global en el draft de 2015 y firmaron su segunda extensión de contrato en 2022 para retenerlo hasta 2029. Con la llegada de Anthony Edwars y del entrenador Chris Finch, este equipo se vio muy dominante en todo el sentido de la palabra.

Desde una óptica económica, el movimiento hace un poco de sentido porque se libera espacio salarial con la salida del All Star. El equipo se ahorra casi 300 millones de dólares en los próximos cinco años, pero surge la pregunta más importante ¨¿A qué costo?¨.

Aunque parezca una antítesis, tiene toda la lógica del mundo. Te desprendes de tu jugador franquicia, que es un líder dentro y fuera del terreno, que está asegurado contractualmente. Manteniendo la salud y el nivel de juego año tras año, y a cambio recibes un ala pivot que tiene su techo definido, que tiene sus problemas físicos, y que además, se convierte en agente libre dentro de poco tiempo.

Los Timberwolves están viviendo las consecuencias inmediatas de su cuestionable decisión y ven a un frustrado Edwars que tiene que cargar con el peso de liderar a una franquicia por sí solo. Además, comprometen el buen tramo de baloncesto, siendo una organización que puede contar con una mano las temporadas de alto nivel en su historia.

Aunque la temporada aún es joven y su récord es negativo de 9-10, no quiere decir que tendrán un resto del año malo. Lo que sí deja entre ver, es que la ilusión que nos plantearon a penas en mayo, se quedará en eso, una simple ilusión. Parece que el barco de los finalistas del Oeste se hunde sin su capitán quién está guiando una nueva embarcación.

En cambio, KAT está teniendo la mejor temporada ofensiva de su carrera en la Gran Manzana. Al momento, tiene los números de 25.8 puntos, 12.7 rebotes, 3.3 asistencias y un 54% de tiros de campo. Formando una escuadra que da temor en la Conferencia Este junto a Jalen Brunson, Mikal Bridges y Josh Hart. Posicionándose entre los favoritos al premio MVP.