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Los Dodgers ganan 6-5 a los Azulejos y toman ventaja 2-1 en la Serie Mundial

EsquinaRD. – Freddie Freeman, el inicialista de los Dodgers,  firmó otro final de película con un jonrón en la parte baja de la 18.ª entrada que selló el triunfo 6-5 sobre los Azulejos, en un duelo que igualó al Juego 3 de 2018 como el más largo en la historia del Clásico de Otoño.

Fueron seis horas y 39 minutos de béisbol intenso, en un Dodger Stadium que aguantó la madrugada entre nervios y emoción. Los angelinos se adelantaron 2-1 en la serie, impulsados por otra actuación colosal de Shohei Ohtani, quien sigue escribiendo capítulos inéditos en la historia del juego.

Una noche de Ohtani como pocas

En la víspera de abrir el Juego 4 como lanzador, Ohtani se encargó de llenar los libros de récords. Se embasó nueve veces —hazaña nunca vista en la postemporada—, conectó cuatro extrabases como apenas el segundo jugador en lograrlo en una Serie Mundial (el primero fue Frank Isbell en 1906) y recibió cuatro boletos intencionales, otro registro sin precedentes.

Las estadísticas favorecen a los Dodgers. En series al mejor de siete que han estado 1-1, el equipo que gana el Juego 3 termina conquistando el título el 69% de las veces. Con ese dato, el batazo de Freeman vale mucho más que una victoria: puede haber cambiado el destino de toda la serie.

Juego largo, jugadas grandes

El partido tuvo de todo: seis corredores eliminados en las bases, dos leyendas compartiendo montículo y hasta un revire digno de blooper. En la segunda entrada, Addison Barger sacó en el plato a Freeman con un tiro perfecto desde el jardín derecho. Más tarde, el dominicano Teóscar Hernández cortó una amenaza con un relevo milimétrico hacia Tommy Edman y el receptor Will Smith para poner out a Davis Schneider en el décimo episodio.

También hubo confusiones: Daulton Varsho y Bo Bichette se cruzaron por una señal tardía de strike del árbitro Mark Wegner. Bichette creyó que tenía base por bolas y fue atrapado en primera en una de las jugadas más extrañas de la noche.

Duelo de brazos y estrategias

El juego reunió a Max Scherzer y Clayton Kershaw, dos futuros miembros del Salón de la Fama, en roles poco comunes. Scherzer abrió por Toronto y Kershaw relevó por Los Ángeles, en un encuentro que vio desfilar a diez lanzadores por ambos equipos, una cifra récord en Series Mundiales.

Toronto vació su banco: cuatro corredores emergentes, un bateador de emergencia y un bullpen que terminó sacando más outs que su abridor.

Golpe por golpe

Los Dodgers comenzaron pegando primero. Hernández y Ohtani conectaron jonrones solitarios ante Scherzer para poner el 2-0. Pero Toronto reaccionó en el cuarto inning con un error de Edman que abrió la puerta para que Alejandro Kirk la sacara del parque con dos en base. Su cuadrangular de tres carreras cambió la pizarra a 3-2 y los Azulejos sumaron otra más para el 4-2.

El relevo de Ohtani fue inmediato: doble productor para acercar a los Dodgers y luego anotó con un rodado de Freeman para empatar el marcador 4-4.

En el séptimo, Vladimir Guerrero Jr. devolvió la ventaja a Toronto con una carrera anotada desde primera tras un batazo de Bo Bichette que se desvió hacia la pared derecha. Pero Ohtani volvió a responder con su segundo cuadrangular de la noche, un batazo monumental por el jardín izquierdo-central que empató el juego 5-5 y desató otra ovación ensordecedora.

Agonía y gloria en la madrugada

A partir de ahí, fue un pulso de resistencia. Cada equipo desperdició oportunidades. Kershaw entró en la duodécima con las bases llenas y dos outs, y logró dominar a Nathan Lukes con un rodado que cerró la amenaza.

Freeman tuvo su primera oportunidad de dejar en el terreno en la entrada 13, pero su elevado cayó en la franja de advertencia del jardín central. No sería su última escena.

Cinco innings después, con el reloj apuntando casi las 2:00 de la madrugada, Freeman encontró su redención. En cuenta de 3-2 ante el zurdo Brendon Little, cazó un sinker que viajó directo al centro del estadio. No hubo dudas: jonrón de oro y victoria 6-5.