EsquinaRD. – Cuando el juego parecía escaparse, los Leones sacaron las garras. Un octavo inning de carácter, cabeza fría y batazos oportunos volteó la historia y selló un triunfo 4-2 sobre los Gigantes del Cibao.
El Escogido volvió a demostrar que sabe sufrir y golpear en el momento justo. Con este resultado, el equipo rojo camina firme y sin derrotas.
Un octavo episodio que cambió todo
Los Leones llegaron al octavo perdiendo, pero sin perder la fe. Dos outs, corredor en base y la chispa se encendió. Un batazo incómodo, otro bien puesto y el rally apareció como aguacero inesperado en la tarde.
Raimel Tapia abrió la puerta, Jorge Mateo empujó la presión y Elier Hernández limpió la escena con un doble al centro. El estadio se silenció. Pedro Severino puso la cereza y el juego tomó otro rumbo.
Carreras con paciencia y cabeza fría
Antes del golpe final, los rojos ya habían avisado. En el quinto episodio, Sócrates Brito encontró el hueco justo para empujar una carrera que mantuvo al equipo respirando, esperando su momento.
Los Gigantes habían picado delante temprano con un jonrón solitario y luego sumaron otra, pero nunca lograron despegarse. El juego se mantuvo cerca, tenso, como cuerda estirada.
El pitcheo respondió cuando más hacía falta
Desde el bullpen, el Escogido apretó. Aneurys Zabala subió con temple, sacó outs importantes y apagó cualquier intento de reacción. Luego llegaron los brazos finales para cerrar el candado sin titubeos.
Carlos Teller se llevó la victoria con trabajo corto pero efectivo. Patrick Weigel bajó la cortina en el noveno y dejó claro que el relevo rojo también juega su partido.
Un Escogido que ilusiona
Con marca de 3-0, los Leones miran desde arriba y siguen construyendo confianza. No ganan bonito siempre, pero ganan con inteligencia, carácter y oportunismo. En esta etapa, eso pesa más que cualquier otra cosa.
Los Gigantes, en cambio, siguen buscando respuestas y se mantienen sin victorias, con la presión creciendo inning tras inning.
Este martes, Leones y Gigantes vuelven a verse las caras, ahora en el estadio Quisqueya Juan Marichal, desde las 7:15 de la noche. Otra noche para medir nervios, bates y corazón.

