Con los Indiana Pacers al borde de la eliminación en las Finales de la NBA, Tyrese Haliburton reapareció en la cancha y habló sobre su estado físico. A solo horas del crucial Juego 6, su presencia —aún en duda— podría marcar la diferencia entre forzar un séptimo partido o ver cómo se esfuma el sueño de campeonato.
Una aparición que enciende esperanzas en Indiana
A menos de 48 horas del Juego 6 de las Finales de la NBA 2025, Tyrese Haliburton, el cerebro y corazón de los Indiana Pacers, volvió a pisar el tabloncillo. Aunque su equipo está contra las cuerdas, abajo 3-2 en la serie ante los Oklahoma City Thunder, su aparición en la práctica ligera del miércoles fue la chispa emocional que los fanáticos necesitaban.
Captado en video por Scott Agness de Fieldhouse Files, Haliburton fue visto tomando tiros desde la media distancia, moviéndose con visible precaución, pero con determinación. Lo hizo después de una actuación decepcionante en el Juego 5, en el que jugó claramente limitado por una distensión en la pantorrilla derecha, sumando apenas 4 puntos en 34 minutos sin encestar un solo tiro de campo (0 de 6).
Haliburton habla: “Haré todo lo posible por jugar”
El propio Haliburton no esquivó las cámaras tras el entrenamiento:
“Quiero jugar. Voy a hacer todo lo que esté en mis manos para estar en cancha”, declaró, mostrando tanto compromiso como incertidumbre.
Su deseo es claro, pero su situación física continúa siendo delicada. El entrenador Rick Carlisle confirmó en una entrevista radial que el base será evaluado cuidadosamente durante las próximas horas y que su estatus oficial será “cuestionable”, dejando su participación como una decisión de último minuto.
La franquicia no quiere arriesgar su salud a largo plazo, pero tampoco puede ignorar lo que representa para el equipo: 17.9 puntos, 9.1 asistencias y 5.8 rebotes por partido en estos playoffs, liderando con temple y visión a una plantilla que no llegaba a unas Finales desde el año 2000.
Juego 6: el todo por el todo
El escenario no podría ser más dramático: los Pacers están al borde del abismo y Haliburton es su posible salvavidas. El partido se jugará este jueves a las 8:30 p. m. (hora del Este) en el Gainbridge Fieldhouse de Indianápolis, donde el ambiente promete ser eléctrico.
Oklahoma City, por su parte, llega con dos victorias consecutivas y con la oportunidad de sellar el campeonato. Jalen Williams ha brillado, Chet Holmgren ha sido una muralla en la pintura, y el sistema del coach Mark Daigneault ha encontrado ritmo y ejecución quirúrgica.
Sin embargo, si Haliburton logra jugar, incluso en un rol limitado, Indiana recupera algo más que talento: recupera su alma competitiva.
Una incógnita con nombre y número
La presencia de Tyrese Haliburton en el Juego 6 no solo es importante desde lo deportivo, sino también simbólicamente. Representa la lucha, la resiliencia y la creencia de una franquicia joven que ha sorprendido al mundo al llegar hasta aquí. Si no está al 100 %, Carlisle ya ha declarado que tienen un plan de contingencia. Pero, con él en cancha, las posibilidades de sobrevivir aumentan.
Haliburton no es solo el director de juego de los Pacers. Es el motor anímico, la conexión entre los fanáticos y el sueño colectivo. Si consigue superar el dolor, aunque sea por una noche más, Indiana podría tener una última bala en la recámara para viajar a Oklahoma City y jugar un Juego 7 de todo o nada.
¿Milagro o despedida?
La historia se decidirá este jueves. Si Haliburton juega, será recordado como el guerrero que no se rindió. Si no, la temporada de los Pacers terminará sin su principal general en batalla. En cualquier caso, lo que está en juego no es solo un partido: es el legado de una generación joven que quiere escribir su propio capítulo en la historia de la NBA.
Por Natasha Eusebio