EsquinaRD. – A casa llena y con el corazón en la mano, los Gigantes del Cibao sacaron un triunfo de carácter 5-3 ante los Tigres del Licey, sellando su boleto al Round Robin y apagando la esperanza azul en esta temporada.
El Julián Javier vibró desde temprano. Cada jugada se sintió como final, porque el premio estaba claro: seguir con vida. Los Gigantes respondieron a la presión y empujaron el juego cuando más picaba, sin regalar ni un out.
Bates que hablaron claro
Marco Hernández se puso el traje de héroe. Pegó oportuno, remolcó tres y encendió la chispa ofensiva cuando el juego pedía temple. Luis García también se hizo presente con dos hits y dos anotadas que marcaron el ritmo.
Deyvison De Los Santos y Nicholas Torres aportaron empuje en momentos claves, mezclando contacto y cabeza fría. La ofensiva cibaeña no lució bonita todo el tiempo, pero fue efectiva, que al final es lo que cuenta en noches decisivas.


Licey peleó, pero no alcanzó
Los Tigres no se fueron sin dar guerra. Cristian Adames soltó un jonrón que metió presión y Emilio Bonifacio insistió con el bate encendido. Aun así, los azules chocaron con una respuesta inmediata que les cerró la puerta.
Dos carreras en el octavo acercaron el marcador, pero el margen ya estaba cuesta arriba. El calendario no perdona y, con récord adverso, el conjunto capitalino quedó fuera de la pelea por la semifinal.
Desde el montículo, cabeza fría
Ángel Chivilli se llevó la victoria con una entrada limpia en un tramo delicado. Jimmy Cordero apretó los dientes y cerró la puerta con cuatro outs grandes, asegurando el festejo en San Francisco.
Marco Hernández lo resumió claro tras el juego: salieron a ganar desde el primer inning y no bajaron la guardia. El presidente Alfredo Acebal agradeció el respaldo, recordando que el objetivo grande todavía espera dos escalones más arriba.

