El apellido Peña siempre ha sido sinónimo de “aguilismo” y estará ligado al color amarillo. Esto se debe a que Tony Peña, el #14 de las Águilas Cibaeñas, fue un jugador legendario. Sin embargo, aunque el apellido representa respeto, el béisbol ha evolucionado. Su hijo, Francisco Peña, no tuvo el mismo impacto en el equipo que su padre. Este año, fue transferido a los Toros del Este.
En una entrevista con Rolling Fermín, Francisco describió la noticia del cambio como un “shock”. Después de ser drafteado por las Águilas y haber jugado 16 años con el equipo, no esperaba una salida así. Sin embargo, comprende que es parte del negocio en el béisbol.
Francisco mencionó que, a pesar de su bajo rendimiento reciente, al final de la temporada le informaron que sería considerado para el puesto de capitán. Esta noticia lo sorprendió, ya que Juan Carlos Pérez aún pertenecía al equipo. Ni él ni Juan Carlos sabían que la carrera de este último en las Águilas estaba llegando a su fin.
A pesar de los desafíos, Francisco expresó su descontento por el cambio. Tras haber dado 16 años de su carrera a las Águilas, esperaba un trato distinto. Sintió que su esfuerzo y lealtad no fueron valorados como merecía.
Durante su carrera con las Águilas, Francisco Peña acumuló:
Una línea ofensiva de (.218) / (.271) / (.316).
518 juegos
312 hits
28 cuadrangulares
144 impulsadas
135 anotadas
