Los Pacers llegan como cenicienta a una final histórica, pero si quieren aspirar al milagro ante el poderoso Thunder, deberán ejecutar un plan perfecto liderado por un Tyrese Haliburton en modo “Point God”, un Siakam agresivo y una defensa que aún no han demostrado.
Después de 25 años de espera, los Indiana Pacers están de vuelta en las Finales de la NBA. Pero su premio no podría ser más desafiante: los Oklahoma City Thunder, un equipo joven, profundo, explosivo y con uno de los esquemas defensivos más sofocantes de toda la liga. Es una serie que muchos comparan con un “David contra Goliat” moderno, y para que David tenga alguna posibilidad, tendrá que ejecutar una estrategia impecable.
1. Haliburton, el alma y cerebro del milagro
Para Indiana, todo comienza y termina con Tyrese Haliburton. El base de 25 años ha resurgido tras un inicio de temporada lento, y está jugando el mejor baloncesto de su carrera en estos playoffs. Sin embargo, ante Oklahoma no bastará con su usual generosidad y visión de juego. Haliburton deberá ser más agresivo y buscar sus tiros.
Los Pacers tienen récord de 32-4 cuando Haliburton anota 20 puntos o más, y 7-1 en playoffs bajo esa condición. Pero solo lo logró en 36 de los 98 juegos del año. Ante una defensa que lidera los playoffs en robos (10.8 por partido) y que presiona desde los 94 pies con perros de presa como Lu Dort, Alex Caruso y Cason Wallace, su capacidad para proteger el balón será puesta a prueba como nunca antes.
Si quiere mantener viva la ofensiva fluida de Indiana, Haliburton deberá tomar riesgos calculados, elevar su eficiencia y evitar pérdidas. Un triple-doble sin errores, como ya lo ha hecho, no es un lujo: es una necesidad si quieren ganar algún juego.
2. El factor Siakam: experiencia vs juventud
Mientras Haliburton lidera con creatividad, Pascal Siakam representa la madurez y la constancia. Fue MVP de las Finales del Este y aportó una dosis de aplomo que el equipo necesitaba. Pero ahora le espera un duelo clave contra Jalen Williams, uno de los defensores más versátiles y largos de la liga.
Siakam deberá atacar desde el poste y las transiciones, obligando a Oklahoma a cometer errores. Si no logra imponerse físicamente desde el arranque, Indiana podría pasar demasiados minutos intentando remontar.
3. Contener a SGA y el tsunami ofensivo del Thunder
Indiana enfrentará al mejor ataque que haya visto este año. Shai Gilgeous-Alexander, flamante MVP, promedia 29.6 puntos por juego en estos playoffs, y lo hace con eficiencia quirúrgica. Pero si el plan de Rick Carlisle es enfocarse únicamente en SGA, estará firmando su sentencia: los Thunder tienen muchas otras armas.
Jalen Williams, Chet Holmgren, Hartenstein y Caruso conforman una red ofensiva que castiga cada rotación tardía y cada desbalance. El reto para Indiana es estructural: su defensa fue promedio todo el año, y ahora debe rendir al nivel más alto posible.
Jugadores como Aaron Nesmith, Andrew Nembhard y Ben Sheppard tendrán que asumir responsabilidades defensivas superiores a lo acostumbrado. Si Indiana no logra ralentizar el ritmo del Thunder, esta serie puede terminar antes de lo esperado.
4. Rick Carlisle debe ganar desde el pizarrón
Carlisle ha hecho un trabajo magistral llevando a este grupo hasta aquí. Su sistema basado en movimiento constante y pases rápidos ha maximizado el talento colectivo de un equipo sin una superestrella convencional. Pero ahora se mide ante un equipo que puede igualar su ritmo y superarlo en intensidad física.
Será clave que Carlisle sorprenda con ajustes tácticos: uso de zonas situacionales, pequeñas alineaciones con Siakam como falso pívot, y sistemas para liberar a Haliburton del marcaje constante. La batalla táctica será una serie en sí misma.
5. El corazón del equipo: Turner, los jóvenes y la amistad
El núcleo emocional del equipo también importa. Myles Turner habló recientemente de la “fuerza de la amistad” como factor clave en su química. Eso ha sido tangible. Jarace Walker, Ben Mathurin y Andrew Nembhard han respondido con madurez inusual para su edad. Pero ante un equipo tan físico como OKC, eso no bastará. Todos deben estar listos para contribuir, incluso desde roles secundarios.
Para vencer a un gigante, hay que jugar como uno
Los Pacers han sido el equipo más agradable de ver esta postemporada. Juegan con alegría, sin miedo y con identidad. Pero los Thunder representan otra liga, una versión moderna de los mejores equipos defensivos de antaño, con más piernas y menos errores.
Si Indiana quiere vencerlos, necesitará:
– Un Haliburton versión leyenda cada noche.
Un Siakam dominante ante uno de los mejores aleros defensivos del planeta. Defensa colectiva como nunca han mostrado.
Y quizás, un poco de magia.
Porque si algo nos ha enseñado esta temporada, es que los Pacers no creen en imposibles. Pero ahora, deberán demostrarlo ante su prueba más dura.
Por Natasha Eusebio