El reconocido cronista deportivo Mendy López, falleció la mañana de este lunes tras recibir atenciones médicas de emergencia durante el fin de semana. Una de las voces más icónicas de la narración deportiva en República Dominicana. Su partida deja un vacío profundo en la crónica deportiva y en la fanaticada aguilucha.
“Durante décadas, su voz y estilo fueron parte esencial de nuestro equipo. Narró con pasión, calidad inigualable. Y un profesionalismo que lo hizo grande entre los grandes”, expresó Víctor García Sued, presidente de las Águilas.
Nacido en Pimentel, San Francisco de Macorís, Mendy López descubrió desde joven su amor por la lectura y el béisbol. Su destino, sin embargo, estaba en la narración. Su trayectoria quedó inmortalizada cuando las Águilas Cibaeñas nombraron la cabina de transmisión en su honor, un reconocimiento a su entrega y talento.
Más que un narrador, fue un símbolo del béisbol. Su voz llevó emoción a Nicaragua, México, Venezuela y Puerto Rico. En Monterrey, narró los partidos de los Sultanes mientras su hijo Mendy brillaba como bateador.
Su estilo único dejó frases inolvidables que siguen en el imaginario de los fanáticos:
• “¡Liiindo!” para un ponche sin tirarle.
• “¡Le tiró a una que venía chorreando veneno!” cuando un bateador abanicaba ante un lanzamiento rompiente.
• “¡Se le terminó el camino!” para un foul que se perdía en las gradas.
• Su icónica descripción de una reunión en el montículo: “¡Hay un teteo amarillo, rojo, azul, mamey, marrón o verde!”, según el equipo en juego.
Mendy tuvo el privilegio de narrar los juegos de sus hijos, Mendy y Andrés López. Cuando vistieron el uniforme de las Águilas. Su voz, su carisma y su estilo lo convirtieron en un ícono.