El dominicano ha firmado números brillantes en su primera gran postemporada en Nueva York, pero las dudas sobre su impacto real siguen dividiendo a los fanáticos. ¿Estamos siendo justos con él?
¿Está Karl-Anthony Towns a la altura del reto o es víctima del sistema de los Knicks?
Desde que Karl-Anthony Towns fue traspasado a los New York Knicks, las expectativas alrededor del dominicano se dispararon. Para muchos, era la pieza que faltaba para que el Madison Square Garden volviera a saborear las Finales. Para otros, un riesgo costoso que no encajaría en la estructura defensiva de Tom Thibodeau.
Hoy, con los Knicks abajo 1-3 en la serie ante los Indiana Pacers en las Finales de la Conferencia Este, la figura de Towns vuelve a ocupar el centro del debate.
Pero, ¿qué dicen los números? ¿Está Towns cumpliendo o fallando? ¿Y qué tanto se le puede exigir individualmente en un deporte donde todo depende del sistema colectivo?
Brillante en lo individual: la estadística no miente
En los cuatro partidos disputados contra Indiana, Karl-Anthony Towns promedia:
25.7 puntos por partido
11.5 rebotes
50% en tiros de campo
39% en triples
86% en tiros libres
TS% (eficiencia real de tiro): 62.1%
2.0 pérdidas y 4.3 faltas por juego
Estas cifras reflejan un jugador sumamente eficiente. Su True Shooting Percentage de 62.1% lo sitúa entre los mejores de toda la postemporada, y su capacidad de producir tanto en el poste como desde el perímetro ha sido fundamental para mantener a flote a unos Knicks inconsistentes en ataque.
Además, si ampliamos la muestra a los 16 partidos que ha disputado en estos playoffs, sus promedios se mantienen sólidos: 21.3 puntos, 11.4 rebotes, 37.9% en triples, 89% en libres y un TS% de 60.3%.
Su porcentaje de uso ofensivo (USG%) de 27% confirma que ha tenido un rol central en el sistema ofensivo neoyorquino. Towns no ha sido un actor secundario; ha sido protagonista constante.
Lo colectivo no responde: ¿el problema es el jugador o el sistema?
A pesar del rendimiento de KAT, los Knicks se han visto superados tácticamente por unos Pacers veloces, coordinados y con una figura en ascenso como Tyrese Haliburton.
Uno de los temas más comentados ha sido el ajuste defensivo de los Knicks cuando Towns y Jalen Brunson comparten cancha. Según un análisis de SB Nation, el equipo tiene un net rating negativo cuando ambas estrellas están juntas, lo que sugiere que hay un desbalance defensivo que el cuerpo técnico no ha logrado resolver.
De hecho, en el Juego 2, Towns jugó apenas 28 minutos, a pesar de anotar 20 puntos. Registró un -20 en el plus/minus y fue enviado al banco durante buena parte del cuarto final, lo que generó críticas hacia Thibodeau por dejar a su hombre grande fuera del momento decisivo.
¿Y la lesión?
En el Juego 4, Towns sufrió una colisión de rodilla con Aaron Nesmith, al intentar defender una penetración. Por un momento encendió las alarmas del cuerpo técnico. Tras una revisión, se determinó que Myles Turner empujó a Towns hacia Nesmith, pero volvió al juego con visible molestia y cerró el partido con 24 puntos y 12 rebotes. Su esfuerzo no bastó: los Knicks cayeron 130-121 y quedaron abajo 3-1 en la serie. En otra noche destacada a nivel individual, aunque insuficiente para evitar la derrota.
Orgullo dominicano… ¿y chivo expiatorio?
Para la afición de República Dominicana, ver a Karl-Anthony Towns jugar a este nivel es motivo de orgullo. Ningún otro dominicano ha tenido un desempeño tan consistente y protagónico en playoffs NBA.
Y sin embargo, muchos lo acusan de ser “blando”, de no ser “clutch”, de no aportar en defensa, o incluso de ser un obstáculo para Brunson. Pero, ¿estamos siendo justos?
Towns no ha desaparecido. Ha sido eficiente, ha cargado ofensivamente al equipo cuando más lo necesitaban (como en el Juego 3, cuando anotó 20 de sus 24 puntos en el último cuarto), y ha jugado lesionado. ¿Qué más se le puede pedir?
¿Culpa o consecuencia?
En deportes de conjunto como el baloncesto, no basta con mirar los números. También hay que entender el contexto, las combinaciones de jugadores, la estrategia y la toma de decisiones del cuerpo técnico.
Si el encaje con Brunson no funciona, ¿es culpa del uno o del otro? ¿O de un sistema que no los ha sabido armonizar?
Karl-Anthony Towns está cumpliendo su parte. Quizás no de la forma en que algunos imaginaba. Pero de forma eficiente, valiente y comprometida.
Y eso, para cualquier dominicano que entienda este juego, vale y se respeta.