Santo Domingo. – El béisbol dominicano sumará a uno de sus grandes toleteros a la inmortalidad. Edwin Encarnación, recordado por su poder ofensivo en las Grandes Ligas, será exaltado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, en un reconocimiento que lo coloca entre las leyendas del deporte nacional.
El ceremonial de la Clase 2025
La ceremonia de exaltación está pautada para el domingo 16 de noviembre de 2025, en el auditorio del Pabellón de la Fama del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, y tendrá como presidente de honor al empresario y deportista Manuel Estrella, presidente del Grupo Estrella y del Cibao Fútbol Club.
Encarnación fue escogido mediante votación electrónica de cronistas deportivos nacionales, un proceso que cada año valida la trayectoria y méritos de los atletas que marcan la historia deportiva dominicana.
Compañía de lujo
El toletero se unirá en la Clase 2025 a otras figuras como Gonzalo Mejía (tenis de mesa), Beato Miguel “Miguelo” Cruz (voleibol) y José Offerman, quien fue elegido por el capítulo de la Liga Dominicana de Béisbol (LIDOM).
La trayectoria de un artillero
Nacido en La Romana, Edwin Encarnación jugó 16 temporadas en las Grandes Ligas entre 2006 y 2020. Pasó por equipos como los Rojos de Cincinnati, Azulejos de Toronto, Indios de Cleveland, Marineros de Seattle, Medias Blancas de Chicago y los Yankees de Nueva York.
Su bate le otorgó un lugar de privilegio: 424 jonrones —octavo entre dominicanos en MLB—, 1,261 carreras impulsadas y 1,099 anotadas en casi dos décadas de carrera. Promedió .260 en 1,969 partidos, fue tres veces All-Star y tuvo una racha de ocho temporadas consecutivas con 30 o más cuadrangulares entre 2012 y 2019.
En 2016 vivió uno de sus años más brillantes, cuando encabezó la Liga Americana en carreras impulsadas con 127, confirmando su condición de bateador de élite.
Huella en el béisbol invernal
Además de su paso por las Grandes Ligas, Encarnación también defendió la camiseta de las Águilas Cibaeñas en el béisbol invernal, fortaleciendo su vínculo con el fanático local.
Un lugar en la historia
Con este reconocimiento, Edwin Encarnación no solo entra al olimpo del deporte dominicano, sino que también se confirma como parte de una generación que puso en alto el poder del bate quisqueyano en los diamantes más exigentes. En noviembre, su nombre quedará sellado junto a las leyendas, recordando que la grandeza se mide en números, en constancia y en la huella que se deja en la memoria colectiva.
