Cero. Nada. Ese es el “salario” que recibirá Adrián Beltré, lo mismo que “devengan” todos los integrantes del Salón de la Fama del Béisbol con sede en Cooperstown.
Es una confusión que todavía muchas personas tienen con relación a este honor conferido a los peloteros de diferentes ligas, pero principalmente para los de las Grandes Ligas.
Lo que si le puede representar algún tipo de ingreso económico a estos seleccionados es cuando son contratados por empresas o negocios para que firmen autógrafos con su nombre más las siglas de “HOF” que significa “Hall Of Fame” y se traduce al español como Salón de la Fama.
El antesalista debutó en 1998 con los Dodgers de Los Angeles con un salario de 170 mil dólares, mientras que al año siguiente percibió ingresos de 220 mil dólares.
En el año 2000 ganó por primera vez y exactamente un millón de dólares, seguidos por salarios de 1.250 millones (2001), 2.8 millones (2002), 3.7 millones (2003) y 5 millones (2004). Todas esas temporadas fueron con el uniforme de los Dodgers.
A partir del 2005, ahora con los Marineros de Seattle, comenzó a ganar salarios por encima de las cifras dobles en millones de dólares: 11.4 en esa temporada, 12.9 en 2006, 12.9 en 2007, 13.4 en 2008 y 13.4 en 2009.
En el 2010 firmó por una temporada y nueve millones con los Medias Rojas de Boston. Desde el 2011 estuvo con los Rangers de Texas con el que vio acción en sus últimas ocho estaciones en las grandes ligas y con cuya gorra entrará al Templo de los Inmortales.
En los primeros cuatro años tuvo salarios ascendientes de 14 (2011), 15 (2012), 16 (2013) y 17 millones (2014). Bajó a 16 en el 2015 antes de cerrar con tres años seguidos de 18 millones entre 2016 y 2018.
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