En un deporte donde la juventud y la velocidad parecen dictar las reglas, Clayton Kershaw ha demostrado que la experiencia, el control y la inteligencia en el montículo todavía pueden dominar. A sus 37 años y en su temporada número 18 con los Dodgers de Los Ángeles, el zurdo ha vuelto a escribir otra página dorada en su legado: tras 15 aperturas en 2025, ha reducido su efectividad a 3.01 ERA, con un récord de 7-2, 49 ponches y un WHIP de 1.20.
El ajuste de un veterano
Lejos quedaron los días en que su recta alcanzaba con facilidad las 95 millas por hora. Hoy, Kershaw se apoya en la mezcla perfecta de curvas devastadoras, sliders quirúrgicos y un cambio de velocidades constante para desarmar a los bateadores rivales. En su última salida, trabajó seis entradas, permitió solo una carrera limpia y demostró, una vez más, que aún con menos velocidad, su capacidad de lectura y ejecución lo mantiene en la élite.
Un hito histórico: 3,000 ponches
Más allá de su rendimiento actual, la temporada 2025 también ha sido testigo de un momento histórico: Kershaw se convirtió en el vigésimo lanzador en la historia de las Grandes Ligas en alcanzar los 3,000 ponches en su carrera, y apenas el cuarto zurdo en lograrlo. Un hito que lo coloca en una conversación reservada para los más grandes de todos los tiempos.
El corazón de los Dodgers
Lo más impresionante es que este rendimiento llega después de superar lesiones y cirugías que amenazaron con poner fin a su carrera en 2024. Regresó más tarde de lo esperado, pero su impacto fue inmediato. En una rotación que combina juventud y estrellas como Shohei Ohtani y Roki Sasaki, Kershaw sigue siendo el referente silencioso, el que marca el estándar competitivo del equipo.
El análisis: ¿el último gran capítulo?
Si bien su contrato actual es de solo un año, la forma en la que se mantiene competitivo abre la puerta a la posibilidad de que estire aún más su carrera. Con los Dodgers peleando por la postemporada, el brazo de Kershaw puede ser decisivo, no solo en números, sino en la confianza que transmite a sus compañeros.
El legado del número 22 ya está asegurado: un tres veces ganador del Cy Young, campeón de Serie Mundial, MVP y miembro del club de los 3,000 ponches. Lo que vemos ahora no es solo un veterano compitiendo, sino un maestro del béisbol que se niega a despedirse sin pelear por otra joya más en su colección.