EsquinaRD. – El béisbol regresó a Toronto con un espectáculo inolvidable. En su primera Serie Mundial desde 1993, los Azulejos hicieron vibrar el Rogers Centre con una ofensiva descomunal, venciendo 11-4 a los Dodgers de Los Ángeles en el primer juego del viernes por la noche. Addison Barger se robó los reflectores al conectar el primer grand slam como emergente en la historia del evento, una hazaña que selló una noche histórica para la franquicia canadiense.
La lluvia de jonrones marcó el camino
Toronto remontó un inicio complicado, cuando los campeones defensores tomaron ventaja 2-0. Sin embargo, Daulton Varsho encendió la chispa en la cuarta entrada con un jonrón de dos carreras ante el estelar Blake Snell, doble ganador del Cy Young. A partir de ahí, los bates azules no tuvieron freno.
En la sexta, Alejandro Kirk amplió la ventaja con un cuadrangular de dos carreras, abriendo paso a un rally de nueve anotaciones que dejó sin respuestas a los Dodgers. Y entonces llegó el momento de Barger, quien, saliendo de la banca, escribió su nombre en los libros de historia con el primer grand slam de un emergente en una Serie Mundial.
El regreso del Clásico de Otoño a Toronto evocó inevitablemente la magia de 1993, cuando Joe Carter selló el campeonato con un jonrón legendario. De forma curiosa, Varsho lleva el nombre de Darren Daulton, el receptor de los Filis de Filadelfia en aquel inolvidable turno frente a Mitch Williams.
Ohtani respondió, pero no fue suficiente
Shohei Ohtani trató de mantener viva la esperanza de los Dodgers al conectar su primer jonrón en una Serie Mundial, un batazo de dos carreras en la séptima entrada ante Braydon Fisher. Fue su cuarto cuadrangular en apenas dos juegos, aunque esta vez su esfuerzo no bastó para frenar la avalancha azul.
Los fanáticos, recordando que el japonés rechazó a Toronto para firmar con Los Ángeles en diciembre de 2023, lo recibieron con un cántico cargado de ironía: “¡No te necesitamos!”.
Lo que viene
Con la serie al mejor de siete apenas iniciando, Toronto buscará mantener el impulso este sábado por la noche, nuevamente en el Rogers Centre, con la esperanza de repetir la gloria que hace 32 años marcó a toda una generación de fanáticos.
