Santo Domingo. – La literatura volverá a llenar de vida la Plaza de la Cultura con la XXVII Feria Internacional del Libro Santo Domingo (FILSD 2025), que se celebrará del 25 de septiembre al 5 de octubre. Este año, la cita cultural más grande del país se dedicará al historiador Frank Moya Pons, uno de los autores dominicano más vendido y leído, y pondrá en el centro de su programa la literatura infantil y juvenil, como apuesta por formar a nuevos lectores.
Un evento con vocación continental

El anuncio oficial se realizó en un encuentro con la prensa, encabezado por Ramón Pastor de Moya, viceministro de Identidad Cultural y Ciudadanía del Ministerio de Cultura, y Joan Ferrer, director de Ferias del Libro. En la ocasión se confirmó que el invitado de honor será la Red de Ferias y Festivales Literarios de Latinoamérica, lo que reforzará el carácter internacional de la feria.
Una agenda intensa y diversa
El programa incluye más de 600 actividades, desde presentaciones de libros hasta conferencias, talleres, charlas y recitales, con la participación de 59 escritores internacionales. Además, se anunció el regreso del Bonolibro, que en 2024 permitió la distribución gratuita de 21,000 ejemplares.
Los visitantes tendrán a disposición 15 pabellones temáticos, 123 espacios de exhibición, tres salas de conferencias y dos auditorios, además de un espacio especial para la Cinemateca Nacional, que presentará ciclos de cine dominicano e internacional.

La fuerza editorial y la tradición de público
La FILSD 2025 contará con la participación de importantes sellos como Planeta, Grupo Anaya, Fondo de Cultura Económica, Ediciones Akal, Sial Pigmalión, Huerga & Fierro, Páginas de Espuma y la Universidad de Salamanca, entre muchos otros. La magnitud del evento se confirma al recordar que en 2024 la feria reunió a más de 600,000 visitantes, con ventas que superaron los RD$75 millones, la presencia de 19 países y la participación de 377 sellos editoriales.
Un encuentro para nuevas generaciones

Más allá de las cifras y la dimensión internacional, esta edición coloca el acento en la niñez y la juventud, con un diseño que busca acercar los libros a quienes deberán sostener el futuro de la lectura. En palabras de los organizadores, el objetivo es que la feria sea “una puerta abierta al conocimiento y a la imaginación”.
La XXVII Feria Internacional del Libro de Santo Domingo no solo honrará la memoria y el legado de Frank Moya Pons, sino que también se perfila como un espacio de encuentro, aprendizaje y celebración de la cultura, en el que las nuevas generaciones tendrán un rol protagónico. Un recordatorio de que los libros siguen siendo el mejor puente entre la memoria y el porvenir.