POMPANO BEACH, Florida, EE.UU. — Farrell Patrick, un coronel jubilado del Ejército de Estados Unidos, fue maestro de informática en West Point durante la década de 1970 y posteriormente en dos universidades privadas durante la de 1990, por lo que no le sorprenden los avances que ha tenido la tecnología con el paso de los años.
Pero cuando el hombre de 91 años tuvo recientemente su primera experiencia con la realidad virtual, quedó atónito. Sentado en una sala de conferencias en la casa de retiro John Knox Village, en los suburbios de Fort Lauderdale, sus ojos y oídos experimentaron lo que sería estar a bordo de un caza de la Armada que vuela sobre el mar frente a la costa de Florida.
“Dios mío, eso es hermoso”, alcanzó a decir antes de que el programa de RV llevó a la aeronave a aterrizar en un portaaviones.
John Knox Village fue una de 17 casas de retiro del país que participaron en un estudio de la Universidad de Stanford publicado recientemente, el cual halló que la gran mayoría de los 245 participantes de entre 65 y 103 años de edad disfrutaron de la RV, lo cual mejoró tanto sus emociones como sus interacciones con el personal.
El estudio forma parte de una iniciativa más amplia para adaptar la RV con el fin de que pueda beneficiar la salud y el bienestar emocional de los ancianos y ayudar a reducir el impacto de la demencia en algunos de ellos.
Durante las pruebas, los adultos mayores eligieron experiencias virtuales de siete minutos de duración, tales como lanzarse en paracaídas, ir a bordo de un tanque, presenciar artes escénicas, jugar con cachorros y gatitos o visitar lugares como París o Egipto. Los participantes usaron visores que les brindaron vistas y sonidos periféricos, dándoles la impresión de que prácticamente estaban viviendo la experiencia real.
“Me trajo recuerdos de mis viajes y… me trajo recuerdos de mi experiencia al crecer en una granja”, dijo Terri Colli, de 76 años y exdirector de relaciones públicas en la embajada de Canadá en Washington, D.C., al referirse a su experiencia en 2022. Colli disfrutó de girar sobre la silla para obtener una vista panorámica: “Eso fue algo sorprendente”.
Anne Selby, una consejera jubilada y artista de 79 años, encontró que la RV “estimuló prácticamente todas las partes de mi cerebro, todos los sentidos”.
“Disfruté particularmente las (experiencias) con mascotas, porque tengo un gato y he tenido mascotas la mayor parte de mi vida”, declaró.
El estudio de Stanford revisado por expertos, en colaboración con la compañía Mynd Immersive, encontró que casi el 80% de los adultos mayores reportó tener una actitud más positiva después de su sesión de RV, y casi el 60% de ellos sintió menor aislamiento social. El placer se redujo en cierta medida entre los participantes de mayor edad cuya vista y audición se habían deteriorado. Aquellos que disfrutaron menos la experiencia también eran más propensos a sentir una aversión general por la tecnología.
Además, casi el 75% de los cuidadores informó que el estado de ánimo de los residentes mejoró después de usar la RV. Más del 80% de los residentes y casi el 95% de los cuidadores señalaron que hablar sobre su experiencia virtual mejoró la relación entre ellos.
“Para la mayoría de nuestros participantes, fue la primera vez que usaban la realidad virtual. La disfrutaron. Posiblemente la recomendarán a otras personas, y esperaban poder hacerlo de nuevo”, dijo Ryan Moore, un candidato doctoral de Stanford que ayudó a encabezar la investigación.
“Estamos demostrando que la RV es una herramienta que realmente ayuda al bienestar de nuestros ancianos», dijo Chris Brickler, director general y cofundador de Mynd. La empresa con sede en Texas es una de pocas que se especializan en la realidad virtual para ancianos. “Es muy distinta a una televisión bidimensional o a un iPad”.
En forma independiente al estudio, John Knox Village utiliza la realidad virtual en la unidad en la que residen los ancianos que padecen mal de Alzheimer o algún otro tipo de demencia. Les ayuda a estimular recuerdos, los cuales conducen a tener conversaciones con sus cuidadores.
“Es como si volvieran a la vida cuando cuentan su historia”, dijo Hana Salem, la coordinadora de vida significativa del lugar. Indicó que otras personas que no hablan mucho se animan cuando se les brinda una experiencia de RV que los pone en contacto con la naturaleza.
“Empiezan a reír y a decir: ‘oh, voy a atrapar mariposas’”, relató Salem. Atrapar mariposas también forma parte de un juego que desarrolló Mynd que ayuda a los ancianos a mejorar su movilidad y flexibilidad al ponerse de pie y alcanzar objetos.
“Para estos adultos mayores es más divertido venir y atrapar mariposas y trabajar en su rehabilitación de hombro que ir a levantar una pesa”, dijo Brickler.
Brickler indicó que los sistemas de su compañía pronto se acoplarán a Google Earth, de forma que los ancianos puedan visitar de forma virtual los vecindarios en los que vivían, las escuelas a las que asistieron y los lugares que han visitado, dando pie a nuevas conversaciones con sus cuidadores.
Esas visitas virtuales “pueden traer consigo una enorme cantidad de alegría, una enorme cantidad de recuerdos. Y cuando el terapeuta o el otro cuidador pueden trabajar con ese adulto mayor y hablar sobre las cosas que vemos, definitivamente vemos que esto les levanta el ánimo”, añadió Brickler.
La compañía ha trabajado en algunas de las principales quejas sobre la realidad virtual que presentaron los ancianos que participaron en el estudio: el visor era muy pesado, el calor que generaba les hacía sudar, y en ocasiones la experiencia les provocó náuseas, indicó. Los nuevos visores pesan unos 189 gramos (seis onzas) en lugar de 454 gramos (una libra), cuentan con un ventilador integrado, y los videos no son tan agitados.
Los hallazgos de que los ancianos en sus décadas de 80 y 90 años no disfrutan tanto de la RV como aquellos de 70 y tantos podrían derivar en cambios para ellos, tales como requerir una menor rotación del cuello para ver todo el paisaje y hacer que los efectos visuales sean más grandes, dijo Moore.
En una tarde reciente en John Knox, algunos de los ancianos que viven de forma independiente se turnaron para usar nuevamente la RV. Pete Audet experimentó lo que sería volar en un traje aéreo, elevándose sobre las montañas cubiertas de nieve antes de aterrizar en un campo.
“¡Oooh, alto a la carrera!”, exclamó Audet, un trabajador jubilado de tecnologías de la información. El hombre de 76 años cree que otros ancianos “realmente lo disfrutarán. Sólo necesitan aprender a usarlo”.
Su esposa Karen “jugó” con cachorros y estaba tan ensimismada por su recorrido virtual por París que no escuchó las preguntas que le hacían.
“Yo estaba allá. ¡Pero estaba aquí!”, dijo Karen Audet, una maestra jubilada de escuela primaria de 82 años.
Farrell, el experto en computación del Ejército, dijo que espera vivir hasta los 100 años porque cree que en los próximos cinco años habrá un cambio trascendental en la RV. Aún un entusiasta de la tecnología, cree que el costo de los sistemas caerá drásticamente y se convertirán en parte de la vida diaria, incluso de los ancianos.
“No será tan elemental como lo es ahora. Será muy realista y muy sensible”, indicó. “Probablemente estará conectado al cerebro de uno”. AP.