Las ballenas cantan lo suficientemente alto como para que sus cánticos viajen por el océano, pero conocer la mecánica que está detrás ha sido un misterio.
Ahora, los científicos creen tener una idea, y es algo que no se ha visto en otros animales: una laringe específica.
Los expertos afirman que el descubrimiento, aunque está basado en un estudio demasiado pequeño para ser definitivo, orientará las futuras investigaciones acerca de cómo se comunican las ballenas.
En un artículo publicado el miércoles en la revista Nature, Coen Elemans, de la Universidad del Sur de Dinamarca, y sus colegas estudiaron las laringes de tres ballenas varadas muertas — una jorobada, un rorcual y un rorcual boreal, todas ellas barbadas.
En el laboratorio, los científicos hicieron pasar el aire por sus laringes en condiciones controladas para ver qué tejidos vibraban. Además, crearon modelos informáticos de las vocalizaciones del rorcual boreal y los compararon con grabaciones de ballenas similares tomadas en libertad.
Los antepasados de las ballenas vivían en la tierra hace alrededor de 50 millones de años, antes de trasladarse al mar. Según Elemans, adaptaron sus laringes a lo largo de decenas de millones de años para emitir sonidos bajo el agua.
Sin dientes
A diferencia de los humanos y de otros mamíferos, las ballenas no tienen dientes ni cuerdas vocales. En su lugar, su laringe cuenta con un tejido en forma de U que les permite respirar enormes cantidades de aire, y un gran “cojín” de grasa y músculo con el que no cuentan otras especies. Las ballenas cantan presionando el tejido contra el “cojín”, apuntó Elemans.
“Este es el estudio más exhaustivo y significativo realizado hasta la fecha acerca de cómo vocalizan las ballenas, algo que durante años ha sido un misterio en este campo», dijo Jeremy Goldbogen, profesor adjunto de océanos en la Universidad de Stanford, que no participó en la nueva investigación.
Destacó que queda mucho por estudiar “dada la extraordinaria diversidad de repertorios acústicos» de las ballenas. Las jorobadas, por ejemplo, son conocidas por componer canciones elaboradas que viajan a través de los océanos y las manadas.
A pesar de su volumen alto, los modelos sugieren que las jorobadas y otras especies afines no pueden producir sonidos más fuertes que los de la industria naval, según Elemans.
“Se ven realmente afectadas (por los ruidos del transporte marítimo) y esto reduce significativamente su capacidad para comunicarse», añadió. “Simplemente, no hay forma de que suban el volumen”.
Como el canto de algunas ballenas forma parte de su rito de apareamiento, la interrupción que causa la industria naval en estos cánticos es potencialmente preocupante, dijo Michael Noad, director del Centro de Ciencias Marinas de la Universidad de Queensland, en Australia, que tampoco participó en el estudio publicado en Nature.
“Las poblaciones de ballenas que están muy dispersas, como las ballenas azules antárticas, es posible que no encuentren pareja en un entorno oceánico ruidoso», añadió apuntando que especies como la jorobada, que forman grandes grupos, son más propensas a evitar esa contaminación acústica.
Laringes de las ballenas
Las laringes de las ballenas estudiadas eran de ejemplares jóvenes, no de machos adultos, que son quienes realizan los cánticos. Debido a esto, la experta en ballenas Joy Reidenberg indicó que se necesitan más experimentos con machos adultos que confirmen las conclusiones.
Pero Reidenberg, que trabaja para el Centro de Anatomía y Morfología Funcional de la Escuela Icahn de Medicina del Monte Sinaí, en Nueva York, apuntó que la investigación de laboratorio es probablemente lo más cerca que podemos estar de replicar los cánticos.
“Ahora mismo, nuestra tecnología consiste en introducir un visor en la ballena para ver exactamente qué vibra», dijo. “Dado que nunca vamos a poder hacerlo con un animal salvaje, estos experimentos son la mejor opción».
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