Luego de varios meses de expectativas, comenzó la venta de los Vision Pro, los muy esperados anteojos de «realidad aumentada» de Apple, que se consiguen en Estados Unidos a US$ 3.499 (y a 10 millones de pesos en Argentina), muchos más caros que el iPhone y varias de sus computadoras Mac.
Precisamente, este gadget tecnológico es el primer gran lanzamiento de la marca en nueve años, después de la llegada del Apple Watch. De esta manera, el artefacto busca convertirse en un hito para los amantes de la realidad virtual, aunque a la marca le gusta describirlo como su primera incursión en la «computación espacial».
Los Apple Vision Pro son un producto «asombroso», escribió el sitio web de tecnología The Verge. Aunque «también representa una serie de grandes compensaciones» que son «imposibles de ignorar», agregó.
Es «un producto impresionante, uno que se ha estado fabricando durante muchos años y con miles de millones de dólares», pero «incluso después de probarlo, todavía no tengo idea de para quién o para qué se supone que es esta cosa», escribió por su parte el diario estadounidense The New York Times.
Los críticos reconocen un factor de asombro al apuntar a la calidad de imagen de vanguardia y el placer de abrir y cerrar aplicaciones flotando por el espacio usando solo los ojos y los dedos.
Qué son los Apple Vision Pro
Las nuevas «gafas» son presentadas por Apple como «una revolucionaria computadora espacial que fusiona el contenido digital con el mundo físico a la perfección y permite a los usuarios mantenerse presentes y en contacto con otras personas».
Son lentes de realidad virtual que cuentan con un sistema operativo, llamado VisionOS, y buscan ser una especie de computadora con un espacio de pantalla infinito. En todo este entorno se permite acceso a las mismas apps y programas que en una máquina de escritorio.
Entre sus principales cualidades, la tecnología de los lentes permite que cuando otra persona se acerca al usuario en el mundo real, éste pueda ver a esa persona en la pantalla virtual.
En ese caso, la persona podrá ver normalmente los ojos del usuario, ya que la pantalla negra que los cubre se desvanece cuando hay alguien cerca.
Además de su costoso precio, las críticas negativas se centraron en que las gafas son pesadas, despeinan al usuario y requieren una batería voluminosa, debido a que las mismas funcionan con artefacto portátil de tres horas de duración.
Asimismo, busca ser un dispositivo de entretenimiento, con la disponibilidad de 600 aplicaciones y juegos específicamente diseñados para las Vision Pro, junto con un millón de aplicaciones compatibles.
Como parte del lanzamiento se anunció que Disney se asoció con Apple y aportará 150 películas en 3D que podrán verse con los Apple Vision Pro. Por el contrario, Netflix, Spotify y Google se negaron a modificar sus aplicaciones para ajustarse a las gafas.
La gente ya los utiliza en la calle
Como si fuese un episodio de la serie distópica Black Mirror, los primeros que adquirieron los Apple Visión Pro comenzaron a utilizarlos en diferentes situaciones cotidianas.
En las redes sociales, varios usuarios compartieron a personas en el subte, conduciendo o realizando tareas domésticas con las nuevas gafas. No obstante, muchos manifestaron su preocupación por el nivel de interacción que ocurre en entornos públicos, y los peligros que podrían desprenderse de ir cada uno «en su mundo».
Por otro lado, crecen los interrogantes sobre la recolección de datos sin consentimiento, la grabación inadvertida de transeúntes y la pérdida de la autonomía del ser humano.
La capacidad de las gafas para capturar y analizar datos en tiempo real plantea un debate sobre dónde trazar la línea entre la innovación tecnológica y la protección de la privacidad.
Página 12 | AFP